PUDÍN DE CHOCOLATE

Nota de inicio: Mi papá llegó ebrio a mi casa, recordé un poco de mi infancia, y decidí escribir esto desde mis recuerdos de infancia.

Cuando tenía unos 7 años aproximadamente, mis padres se iban a separar por primera vez, fue horrible, fue muy traumático verlos llenos de rencor, de dolor.

Siempre supe que sería diferente a mi hermana, siempre me di cuenta que tendría una visión del mundo con mucha sensibilidad, o tal vez, con debilidad, no lo sé. Recuerdo admirar la fortaleza de mi hermana para afrontar aquella situación. Ni una sola lágrima caía por su mejilla. Yo en cambio lloraba por todo.

Mi papá era muy alcohólico, recuerdo que llegaba muy mareado y discutía con mi mamá. Estoy tan feliz que nunca vi un solo golpe físico entre ellos, pero ya saben lo que dicen, las palabras pueden herir más que un golpe. Escuchaba como discutían y le rogaba a Dios ser sordo. Veía como mi papá tiraba su celular al suelo con mucha fuerza e ira. Yo me asustaba, mientras mi mamá lloraba. Y si hay algo que nunca olvidaré, es la siguiente escena: Mi mamá sentada en el piso, con la espalda en la pared, abrazando sus rodillas, llorando desconsoladamente mientras se golpeaba la cabeza en la pared, y yo la observaba a escondidas.

Sinceramente no recuerdo mucho cuál era la reacción de mi hermana, mis vagos recuerdos sobre ella, son verla actuando normal, como si nada pasara, probablemente, lloraba en silencio cuando nadie la veía, probablemente su infierno solo se quedaba en su mente.

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Contra todo pronóstico, yo no iba a permitir que mis padres se separen, no entendía los motivos por los cuales ya no querían estar juntos, solo me interesaba unirlos a como de lugar. Y, ¿Qué hice? Le pedí a una de mis tías que me enseñe a hacer pudín de chocolate, para organizar una cena. Hice con tanto esmero el pudín, era un niño pero, me salió riquísimo. Bueno, esa noche preparé la mesa, la limpié, puse los platos en cada sitio, al centro unas flores artificiales y repartí el pudín de chocolate. Nadie quiso comerlo, el ambiente era inmesamente tenso, las miradas de desprecio de mis padres eran evidente. La escena parecía la cena de la película de Sherk 2, cuando Sherk y Fiona van al reino de muy muy lejano con los padres de ella, y la cena fue todo un caos. 

En fin, mis padres no se querían más. Ni mi pudín de chocolate, ni ninguna otra cosa los haría unirse. 

Me dolió mucho, ¿saben? pero al final, ya que chucha, ni se separaron jaja. Unos meses más tarde volvieron a estar juntos, y eso era lo que tanto yo quería, ¿no? Con cada año que pasaba, entendí porque nunca debí haberlos querido unir. Supe, por mi madre, años más tarde que, en aquella ocasión no se separaron por mi hermana y por mí, es decir, por "sus hijos". Sin embargo, al volver a estar juntos, el infierno continuó, la relación no era buena, llegando a extremos en donde la ley tuvo que intervenir.

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Finalmente se separaron cuando yo era ya un adolescente, pero eso es otro cuento. En esa ocasión ni siquiera me atrevía a intervenir, me refugié en amigos, en el alcohol, etc. 

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Pasaron como 8 años y ellos regresaron. Sí, regresaron. Dios mío, es que no podía entenderlo, pese a que mi padre le fue infiel a mi madre en muchas ocasiones y le hizo tanto daño, ELLA LO PERDONÓ. Jamás aprobé que volviesen juntos, mi hermana tampoco, pero les dió igual, y regresaron, ¿Qué se podía hacer?

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En la actualidad, mi hermana se mudó al sur del país, y yo vivo con mis padres en su "nidito de amor", nuestra casa. Las cosas han cambiado, la convivencia es mejor, pero el daño ya está hecho, no hay reparación, pero sí perdón. Nunca los voy a odiar por todo lo que viví en el pasado, una vez leí una frase que decía: NUESTRO PASADO NO DEPENDIÓ DE NOSOTROS, PERO NUESTRO FUTURO SÍ. Así que, es a mí a quién me toca cambiar el rumbo de mi vida, mirar atrás solo para ver cuánto he avanzado y mirar las cicatrices de mi infancia para saber que cosas que no deben volver a pasar.

Como sea, ¿Alguien quiere pudín de chocolate?